
Un Gremialista Emblemático a la Presidencia del CDP
Por Claudio Márquez
Al conglomerado periodístico del país conviene ahora más que nunca propiciar un cambio en la esfera de dirección del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
Un cambio en el que se valore con respeto el trabajo desarrollado por la actual dirección del gremio y en el que, por tanto, las nuevas iniciativas puedan apuntalarse con firmeza hacia horizontes diferentes. Alrededor de esta idea ha comenzado a promoverse la candidatura del compañero Clodomiro Moquete, un emblemático gremialista identificado desde siempre con las mejores causas nacionales.
El hecho de que un profesional y militante del periodismo como Clodomiro Moquete haya decidido “dejar la casa y el sillón” para acreditar con el trabajo inteligente las urgencias de la clase periodística del país, es una oportunidad que debemos aprovechar al máximo. Creo, incluso, que su decisión resume el interés de una gran mayoría de comunicadores sociales, miembros y no del CDP, preocupados por el futuro del gremio y el destino inmediato de la sociedad dominicana.
Concretar el proyecto de un Colegio en condiciones de responder satisfactoriamente a las expectativas de sus miembros, así como en capacidad de sintonizar con los anhelos más sanos de la sociedad, es un desafío que no debe postergarse por más tiempo.
La coyuntura nos indica que asistimos a un ciclo de transformaciones vertiginosas; que quedar rezagados como profesionales y gremialistas traería consecuencias funestas para los periodistas como entes críticos, pero también para la sociedad misma.
Las mutaciones verificadas en los últimos veinte años en el ámbito de los medios de comunicación y la propia urgencia de actualización y redefinición del papel del periodista en la sociedad contemporánea, identificada como Sociedad del Conocimiento, empujan, por igual, a una reflexión profunda sobre el destino inmediato de la prensa.
Lo acontecido durante estas últimas dos décadas en materia de virtualizacion de la cultura, como gusta decir Pierre Lévy, profesor de multimedia de la Universidad de París, impone además el reto de descifrar con propiedad las complicaciones de un tránsito en el que los agregados transformistas y la utilidad de los medios se entrelazan con el proceso de recomposición social y cultural de la humanidad.
Aunque es mucho lo que se ha oído decir sobre los mass media y su impacto en la conducta social debe quedar claro que con el nuevo arsenal tecnológico postcapitalista se refuerzan, en vez de debilitar, todas sus percepciones, las cuales asumen repercusiones importantes en los modelos de pensamiento y actuación de los grupos sociales sujetos a sus moldeos.
En tanto, creo que el aspecto más importante por ahora es generar – a nivel del conglomerado periodístico del CDP – la conciencia crítica necesaria para evitar que esta expresión de “conjura civilizada” termine aniquilando la capacidad de razonamiento crítico constructivo del periodista y, más allá, de la sociedad dominicana. Es el momento para que el CDP revise su papel frente a la sociedad; para emprender un camino que permita aproximarnos a lo que merecemos como núcleo profesional y social.
Pero, para todo ello es imprescindible abordar el trabajo gremial desde una nueva óptica.
Desde una perspectiva en la que, aprovechando las experiencias del pasado, podamos asegurarnos un futuro de bienestar para todos. Y eso es perfectamente factible si desde ahora comenzamos a dar los pasos que son imprescindible en la dirección del estamento fundamental de los periodistas dominicanos: el CDP
Por Claudio Márquez
Al conglomerado periodístico del país conviene ahora más que nunca propiciar un cambio en la esfera de dirección del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
Un cambio en el que se valore con respeto el trabajo desarrollado por la actual dirección del gremio y en el que, por tanto, las nuevas iniciativas puedan apuntalarse con firmeza hacia horizontes diferentes. Alrededor de esta idea ha comenzado a promoverse la candidatura del compañero Clodomiro Moquete, un emblemático gremialista identificado desde siempre con las mejores causas nacionales.
El hecho de que un profesional y militante del periodismo como Clodomiro Moquete haya decidido “dejar la casa y el sillón” para acreditar con el trabajo inteligente las urgencias de la clase periodística del país, es una oportunidad que debemos aprovechar al máximo. Creo, incluso, que su decisión resume el interés de una gran mayoría de comunicadores sociales, miembros y no del CDP, preocupados por el futuro del gremio y el destino inmediato de la sociedad dominicana.
Concretar el proyecto de un Colegio en condiciones de responder satisfactoriamente a las expectativas de sus miembros, así como en capacidad de sintonizar con los anhelos más sanos de la sociedad, es un desafío que no debe postergarse por más tiempo.
La coyuntura nos indica que asistimos a un ciclo de transformaciones vertiginosas; que quedar rezagados como profesionales y gremialistas traería consecuencias funestas para los periodistas como entes críticos, pero también para la sociedad misma.
Las mutaciones verificadas en los últimos veinte años en el ámbito de los medios de comunicación y la propia urgencia de actualización y redefinición del papel del periodista en la sociedad contemporánea, identificada como Sociedad del Conocimiento, empujan, por igual, a una reflexión profunda sobre el destino inmediato de la prensa.
Lo acontecido durante estas últimas dos décadas en materia de virtualizacion de la cultura, como gusta decir Pierre Lévy, profesor de multimedia de la Universidad de París, impone además el reto de descifrar con propiedad las complicaciones de un tránsito en el que los agregados transformistas y la utilidad de los medios se entrelazan con el proceso de recomposición social y cultural de la humanidad.
Aunque es mucho lo que se ha oído decir sobre los mass media y su impacto en la conducta social debe quedar claro que con el nuevo arsenal tecnológico postcapitalista se refuerzan, en vez de debilitar, todas sus percepciones, las cuales asumen repercusiones importantes en los modelos de pensamiento y actuación de los grupos sociales sujetos a sus moldeos.
En tanto, creo que el aspecto más importante por ahora es generar – a nivel del conglomerado periodístico del CDP – la conciencia crítica necesaria para evitar que esta expresión de “conjura civilizada” termine aniquilando la capacidad de razonamiento crítico constructivo del periodista y, más allá, de la sociedad dominicana. Es el momento para que el CDP revise su papel frente a la sociedad; para emprender un camino que permita aproximarnos a lo que merecemos como núcleo profesional y social.
Pero, para todo ello es imprescindible abordar el trabajo gremial desde una nueva óptica.
Desde una perspectiva en la que, aprovechando las experiencias del pasado, podamos asegurarnos un futuro de bienestar para todos. Y eso es perfectamente factible si desde ahora comenzamos a dar los pasos que son imprescindible en la dirección del estamento fundamental de los periodistas dominicanos: el CDP
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