domingo, 13 de septiembre de 2009

Carta pública a Roberto y a Luis

Señores
Roberto Rodríguez y Luis de los Santos
Lynn, Massachusetts
Estados Unidos de Norteamérica
Muy apreciados Amigos:

Aquí está la explicación de lo que muchos desconocen, la descripción de hechos sobre los que muchos especulan. Parece tarde para ofrecer una explicación a dos amigos que, como Ustedes, demostraron tanta entereza, ofrecieron tanta confianza, entregaron lo que prometió la palabra. Pero no sólo que no es tarde sino que además faltará mucho por decir, y lo diré.

Mi viaje a Lynn en agosto era totalmente innecesario a los fines de la campaña electoral. Ya Roberto había previsto exactamente cuántos votos alcanzaría el Movimiento Amplio Periodismo en la región de Nueva Inglaterra: 17 de poco más de veinte. Como es norma visitar a los colegas en las seccionales para el contacto personal, Luis tuvo la idea de que yo aprovechara el viaje para dictar una conferencia. Fue lo que sucedió. No era necesario motivar a los colegas para lo del voto porque ello estaba decidido.

Aquí en Santo Domingo las cosas sucedían de otra manera. En el mes de abril, antes de que se iniciara formalmente la campaña electoral, advertí a ciertos adversarios que yo tenía una fuerza considerable, independientemente del número de votos que lograra en las urnas. Tenía las llaves de las puertas del Colegio para abrirlas y entrar como presidente del CDP o para permitir que otro candidato accediera a ello. Como San Pedro. Eso no sólo sería cierto como el farol iluminado de Diógenes sino que además ello debía provocar que se nos ofreciera un tratamiento de cierto cuidado, de respeto. Pero...

Lo primero que sucedió fue la aparición de quien no acepta la disensión. Cuando ese fulano asoma y ejecuta su acción normalmente hace daño. Es pernicioso. Para no tratarlo de fulano, no sea que se moleste, digamos su nombre y su apellido: Rafael Méndez. Digamos que él no es periodista, pues no debemos rebajar su condición política. Es el señor Director de Relaciones Públicas o cosa parecida de la Superintendencia de Bancos. Cuando Rafael Camilo fue trasladado de ese ente gubernamental a la Dirección de Aduanas designaron a Haivanjoe Ng Cortiñas en la tal Superintendencia y el chino se dejó llevar de Méndez. Lo primero que hizo fue, por su recomendación, cancelar a Williams Rosa. Y Williams era, nada más y nada menos que uno de los principales dirigentes del Movimiento Amplio Periodismo. Esto parece una gratuidad de mi parte, pero no lo es. El señor Méndez no soportó que Williams militara en Amplio Periodismo pues él, Méndez, es dirigente de Convergencia, otro Movimiento periodístico a lo interno del CDP. Me van a decir, ¿no te parece, Clodomiro, que ese no debió ser el motivo de la cancelación? Y voy a responder espera, espera...

Llamé por teléfono a la oficina de don Haivanjoe Ng Cortiñas solicitando una cita con el don, para ofrecerle una explicación, pues cuando alguien de nuestro Movimiento averiguó le dijeron que a Williams lo habían cancelado porque no trabajaba. Otra y van dos. Williams Rosa es uno de los periodistas más aventajados y más laboriosos que se pueda conocer en Santo Domingo. Pero el chino no sólo se tragó esa píldora sino además que eruptó y ofreció esa «explicación» como motivo de la cancelación del excelente comunicador social. A todo esto hay que decir que Haivanjoe Ng Cortiñas, el cancelador Rafael Méndez, y Williams Rosa, son del mismitico partido, el de la Liberación Dominicana. Hay que felicitar a los dos primeros.

Roberto y Luis, ¿voy bien? Falta mucho todavía. Les voy a contar un grito que se dejó escuchar el día que fue celebrada la asamblea ordinaria que escogió la Comisión Electoral del CDP, por allá por el mes de mayo. Fue una asamblea accidentada y en una de las discusiones acaloradas que se produjeron la periodista Rosa Mateo solicitó la palabra porque entendía que era un asunto de honor hacer cierta aclaración. La presidenta del CDP, que dirigía la asamblea, decidió no permitir a la periodista lo que solicitaba y ésta, que es negra, enrojecía de rabia y exigía más que suplicaba que se le permitiera la palabra. El enfrentamiento fue más que ácido y la señora Mateo llevó la peor parte, indudablemente ante un comportamiento necio y abusivo de Mercedes. Uno o dos días después dirigí a Rosa Mateo un mensaje por el correo electrónico, solidarizándome con ella, y si ella les respondió a ustedes dos, sobre el asunto, así me respondió a mí. Hay gente que cree que estar en grupos diferentes equivale a la enemistad. Quizá ella tiene otro motivo en mi contra, mas no lo sé. Hay que recordar que Rosa Mateo es miembra (escribí miembra) de Convergencia, donde converge con Méndez.

Acuérdense, oh Roberto y Luis, que tengo las llaves del CDP... De tan lustrosas, brillan.
Naturalmente, en Convergencia hay otros dirigentes que no son Méndez y Rosa. Entre los que hay que no son esos hay otros que estaban de acuerdo en que yo, Clodomiro Moquete, podía ser designado candidato a la presidencia del CDP por ese movimiento, Convergencia. Pero apareció otro y con ese van tres. El otro fulano es conocido como Oscar López Reyes quien dijo, de manera tajante, que primero había que pasar por encima de su cadáver antes de que Clodomiro pudiera ser designado candidato a la presidencia por Convergencia. Por suerte que nadie lo mató. Pero con este bruto van tres.

Para que no hubiera duda el que manda en Convergencia apoyó al colega Miguel Rivera como candidato a la presidencia del CDP. Entonces Convergencia inició una jornada de negociación que buscaba una alianza con Amplio Periodismo. ¿Ustedes han visto al diablo? Si no lo han visto han de saber que dos de los «negociadores» de Convergencia eran Rosa Mateo y Oscar López Reyes, que primero su cadáver... Había un tercer negociador, Luis García, que siempre que me ha mirado me parecía que me ladraba. La negociación consistió en imponer ellos las condiciones y, en primer lugar, que nosotros teníamos que aceptar a Miguel Rivera como candidato a la presidencia, que eso no se podía negociar. Yo no había conocido hasta esos días a Miguel Rivera.

Había otra negociación en proceso. Antes que sucediera lo anterior, al inicio de la campaña, el colega Marino Ramírez, en una conversación con Williams Rosa, le dijo que le hablaba en representación del Movimiento «Periodistas por la Verdad Raffy Durán» y que ellos querían negociar con el Movimiento Amplio Periodismo, pero que para poder negociar había una posición insalvable: la candidatura a la presidencia por Raffy Durán, que recaía en la persona del colega Manuel Azcona, era innegociable. Es decir, ellos querían negociar con nosotros, pero primero, de entrada, imponían una condición.

¿Verdad, Luis, que así es que se debe negociar? ¿No es así, Roberto?

Viene otra parte

Cuando estuve de visita en la hermosa ciudad de Lynn, Massachusetts, en compañía de Williams Rosa, ya yo estaba seguro de que el Movimiento Amplio Periodismo no ganaría las elecciones del 28 de agosto. Una serie de objetivos no pudieron ser cumplidos. Habíamos aprobado un presupuesto y no logramos el dinero. Yo no tenía -ni tengo- automóvil propio. No pudimos imprimir la propaganda que habíamos diseñado -volantes, brochures, afiches, bajantes. No pudimos viajar a una serie de ciudades donde están organizadas importantes seccionales del CDP. Naturalmente que, en los medios de comunicación, en las visitas y reuniones en seccionales y en otros escenarios no dejamos de expresar optimismo.

Logramos dos efectos excelentes. El primero fue la actitud abierta, activa y entusiasta de Luis José Chávez, quien era reconocido de manera unánime como el mejor candidato al Instituto de Previsión y Protección del Periodista en todo el conglomerado. El seguro fue constituir una fuerza considerable en Santiago, con el apoyo de importantes periodistas y la aparición, como por arte de magia, de la periodista Wendy Almonte, quien aceptó la candidatura vicepresidencial por Amplio Periodismo. Cuando la conocí en el mes de abril, regresé en uno de mis viajes a Santiago en la ocasión específicamente a proponerle que meditara una propuesta que yo le hacía: la candidatura a la vicepresidencia del CDP. Era excelente para ello. Logramos en Santiago 48 votos. Si Wendy se hubiera lanzado una o dos semanas antes sencillamente hubiera barrido con los dinosaurios que se le oponían.

En fin que si los movimientos Convergencia y Raffy Durán hubieran querido negociar responsablemente con Amplio Periodismo uno de esos dos grupos fuera hoy el ganador. Pero Oscar es muy bruto y Azcona es inflexible. De manera que Aurelio tiene las llaves.

Afectuosamente,

Clodomiro Moquete

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