Roberto Rodríguez a Domingo Batista

Lynn, MA.- Honestamente, quiero pensar que en todo esto hay un mal entendido. Que las pasiones se han desbordado y que no es cierto que la institución llamada a velar por los beneficios sociales de sus miembros al momento en que no puedan seguir ejerciendo, se esté manejando de esa manera.

Sin embargo, en la parte del recuento del informe de las utilidades de que dispone el IPPP de las partidas entregadas por los medios que hace el colega Azcona, encuentro mucha similitud a un informe que en ese sentido rindió Domingo Batista a un grupo de comunicadores de la seccional de Nueva Inglaterra cuando vino por estos lados en campaña para continuar al frente del IPPP.

Contó sobre esa irregularidad que se daba en el cobro del 0.5% de la publicidad y adornó el escenario con una serie de reivindicaciones obtenidas y otras que estaban en carpeta. Particularmente no quiero hacer juicio de valor sobre lo que dice el colega Azcona, y más bien pienso que está dando una respuesta a una misiva de muy mal gusto que hizo circular en días pasados el colega Batista sobre la situación de salud del colega maeño y que pienso no debió trascender por razones humanas, por respeto y porque destilaba un tinte de animadversión personal y de retaliación, fruto de la lucha electoral que terminaba.

Recuerdo que a raiz de la visita de Batista a esta seccional, en mi condición de Coordinador del Movimiento Amplio Periodismo, le hice saber que nosotros no teníamos argumentos para dudar de todo lo que nos decía, pero tampoco disponíamos de informes previos algunos acerca de esas reinvindicaciones y de la situación real de ninguno de los organismos de dirección nacional del CDP, porque la seccional de Nueva Inglaterra había sido siempre la gran ignorada y que sólo se nos tomaba en cuenta en estos tiempos de elecciones.

Duele ver que la institución llamada a ser el rasero por excelencia que reclama la sociedad dominicana ante la acumulación de tanta falta de transparencia, como lo es el CDP, en este caso el IPPP, esté siquiera expuesta a la posibilidad de ser la continuación del flagelo de las indelicadezas en que se encuentran sumidos amplios conglomerados de la vida nacional. Personalmente sigo creyendo que en todo esto sólo hay un desbordamiento de pasiones.

Si no es, que nos lo aclaren los conocedores, incluso el mismo Domingo Batista.


Roberto Rodriguez
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